Hoy en día, la cafetería de un museo es más que el espacio alterno donde los visitantes encuentran comida y descanso. Representa sin duda, la extensión de la experiencia de adentrarse a su historia, arquitectura y colección.
La cafetería es el lugar de partida, descanso y fin de una visita; es una de las puertas de entrada al Museo y uno de sus servicios más atractivos e importantes. Por ello, este espacio tiene que ser adecuado y comulgar totalmente con la línea discursiva y vocación del recinto.
El nombre surge de la idea de despertar todos los sentidos, nuestra parte irracional.